Hace casi tres años se realizó el 1er hackatón cívico en México. La iniciativa vino desde la sociedad civil y se invitó a tecnólogos, funcionarios públicos y periodistas a que, además de generar soluciones basadas en los pocos datos públicos disponibles entonces (la mayoría de ellos fueron hechos disponibles por las OSC que los habían solicitado vía IFAI), se debatiera sobre la apertura de datos. En ese primer evento se inició el colectivo OpenDataMX y se planteó la necesidad de que los gobiernos asumieran la apertura de información bajo una perspectiva en donde se habilite a los grupos de tecnología, ciudadanos, investigadores, trabajadores sociales y periodistas para que participen en las decisiones de gobierno, analicen a detalle la información pública y generen soluciones para las problemáticas.
Este 2014 inicia con un gran paso para el open data y el hacking cívico con HackDF, evento organizado por el Laboratorio para la Ciudad de México (@LabCDMX) en donde se reunió a 300 participantes (programadores y visualizadores) en 50 equipos, que dedicaron 45 horas a desarrollar prototipos funcionales de aplicaciones que aportaran para resolver problemáticas de la Ciudad de México y utilizaran los recientes datasets liberados. Un evento de esta dimensión organizado desde gobierno era impensable hace muy pocos años.
Imagen del usuario de Twitter @pasotti_
Durante HackDF confluyeron distintas comunidades y grupos de desarrolladores y visualizadores con apoyo de mentores especializados en tecnología y las distintas áreas de las dependencias más proactivas en la apertura de datos, creando una atmósfera de festividad, dedicación y ganas de aportar a los problemas de la ciudad mediante el esfuerzo y talento de la ciudadanía. Al presentar su proyecto en la ronda final de evaluaciones, un chico inició con una frase contundente: “los jóvenes somos los que tenemos que aportar ideas y resolver los problemas de nuestra ciudad”. Y con esa mentalidad compitieron decenas de proyectos que buscan habilitar a que la ciudadanía sea más exigente, sustentable, sana, eficiente, proactiva y comprometida con las acciones de cambio en una ciudad.
El impacto de HackDF va más allá de las aplicaciones resultantes. Es una primera demostración de un gobierno que se planea hacia la ciudadanía como una plataforma para que sus habitantes tengan una mayor interacción propositiva con el gobierno mismo y con los distintos grupos de la sociedad. Es un llamado a que los discursos de apertura, eficiencia y proactividad gubernamental vayan del discurso a la calle, y se enfrenten con las complicadas pruebas de producto, resistencias al cambio y estructuras amañadas que la realidad conlleva dentro y fuera del gobierno.
Esperamos que HackDF tenga un seguimiento post-hackatón, que lleve a que las aplicaciones resultantes lleguen a un terreno útil y que cuenten con el apoyo para enfrentar los fracasos y aprendizajes que todo proceso de tecnología cívica implica. Esperamos que las experiencias sean documentadas y compartidas para que sirvan de inspiración y guía a otras ciudades latinoamericanas. Y esperamos que la inercia de la apertura de datos públicos sea un esfuerzo constante, y que cada vez se vaya integrando más en la filosofía y operación del gobierno, a través de la liberación de datos que sirvan para habilitar a que la ciudadanía y grupos tecnológicos participen en ejercicios ciudadanos transformadores basados en la rendición de cuentas.