A los jóvenes no les gusta la prohibición. En vez de decirles qué NO hacer, diles qué SÍ pueden hacer para expresarse libremente pero en un ambiente seguro:
SÍ, antes de publicar tus sentimientos, hazte cuatro preguntas: ¿Qué quieres lograr? ¿A quién crees que le estás hablando? ¿Cómo te sentirías si alguien más lo viera? ¿Qué pasaría si alguien malinterpretara lo que dijiste?
Es muy rápido escribir un mensaje, y muy fácil hacer clic en “enviar”… Pero esas cuatro preguntas te pueden evitar un mal rato.
SÍ hacer tarde de stalkeo de su propio perfil con amigos. ¿Quién puede ver qué?
Facebook es muy bueno para complicar las cuestiones de privacidad, y a veces creemos que tenemos todo bajo control, pero de repente hay una publicación que nos traiciona. Para que eso no pase, borra a un amigo de tu lista y pídele que te “stalkee”, y te diga qué encontró.
SÍ pensar en qué podemos hacer público para poder tener privacidad. Por ejemplo, con papás, siempre decir dónde estamos y con quién; darles la información que a ellos sí les importa para que no nos pregunten cosas que no queremos contestar.
SÍ siempre respetar y hacer que se respete la privacidad de otras personas para crear un ambiente en el que nuestra privacidad también sea respetada.
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