Latinoamérica siempre convulsa y en procesos electorales complejos. Desde 2012 en SocialTIC buscamos analizar qué funciona desde la tecnología cívica y uso de datos para elecciones más participativas, informadas y justas.
Y como este año (no importa cuando leas esto) la región tiene algunos procesos electorales emocionantes, aquí enumeramos 5 lecciones de todos los tiempos:
1. Haz la diferencia, no lo mismo… (ni lo que tú quieres)
Los proyectos exitosos desde la ciudadanía han sido aquellos que satisfacen una necesidad cívica en el momento de la elección. Estos momentos varían según el contexto y puede tomar distintas formas: por ejemplo, la información que el electorado considera relevante para decidir por qué candidatx, partido o plataforma electoral quiere votar puede variar según el contexto y el momento político.
Otras formas pueden ser: evidencia sobre el proceso electoral, verificación de información o mecanismos de participación, contraloría o exigencia ciudadana.
Lamentablemente, en cada elección se ven de manera recurrente proyectos de tecnología cívica que redundan entre sí, cuyo aporte cívico es insuficiente o de plano, proyectos que nadie pidió.
A diferencia de este tipo de proyectos, también hemos visto algunos proyectos que supieron leer las necesidades del electorado y lograron generar conversaciones. Por ejemplo:
– El Feminindex inicialmente lanzado en la selección argentina del 2017 visualizó las posturas aspirantes a cargos públicos en torno a los principales temas de la agenda de género.
– Análisis especializados pueden hacer la diferencia. En 2018, Democracia Sin Pobreza, analizó cuál era el impacto de la compra de votos en los votantes mexicanos. En 2014 Andy Tow visualizó el financiamiento privado en las elecciones argentinas y en 2019 La Asociación por los Derechos Civiles (ADC) se da a la tarea de evaluar la inversión en espacios digitales a través del #PubliElectoral.
2. En colectiva se llega más lejos
Ningún proyecto electoral lo puede abarcar todo. Ya sea en proyectos de voto informado, fact-checking, denuncia o vigilancia ciudadana, entre más actores unan fuerzas, más personas conocerán el proyecto y se involucrarán.
Desafortunadamente, elección tras elección, proyectos de tecnología cívica no alcanzan cifras simbólicas de visitas, descargas y seguidores. Es clave poder sumar en los proyectos alianzas con medios, especialistas, líderes de opinión y organizaciones de base. Por ejemplo:
– Coaliciones de verificación electoral como Verificado2018 en México o la #MochilaElectoral en Guatemala 2019 unen esfuerzos de actores con objetivos similares
– Diversidad de especialistas que evalúan propuestas de campaña en plataformas de voto informado como Arena Electoral en México 2012 y las diversas réplicas de Voto Informado.
3. No reinventar la app
Gran parte de las necesidades cívicas durante elecciones, se confirman con procesos de escucha y pruebas para validar. Diversos grupos en la región llevan varios años realizando múltiples desarrollos, socializar esta información podría evitar un largo proceso de diseño y desarrollo tecnológico. Algunas plataformas que llevan varias réplicas son:
– Sitios de voto informado a través de auto-tests y comparativos de aspectos que definen a cada contendiente electoral: YoVotoInformado (inicialmente Yo Quiero Saber), Voto Inteligente (desde la selección chilena 2013)
– Plataformas para recibir, gestionar y visualizar reportes de delitos o flagrancias electorales utilizadas ampliamente: Virk, Ushahidi
– Conteo de reportes físicos de conteo de votos por casilla: FotoxCasilla, TuConteo, Que sí cuente, Tu Voto Cuenta y Tu Voto Sí.
4. Cuestión de Tiempos
Los periodos electorales no se detienen ni perdonan retrasos. En tiempos de elecciones existen fases claras tanto previas a las campañas como durante las campañas como en días antes y durante la jornada electoral que atienden a distintas necesidades informativas y de participación ciudadana.
Los proyectos de tecnología cívica deben prever estos tiempos, coordinar esfuerzos para la generación de contenidos y desarrollo de tecnología con tal de evitar a toda costa presentar o difundir tarde un proyecto. Ante un contexto de alta competencia mediática, el tiempo es clave para determinar si un proyecto marca influencia alguna en la ciudadanía o inclusive llega a ser conocido por la ciudadanía.
– Declaraciones Juradas en su momento en el Perú planteó datos sobre las y los candidatos basadas en información pública que aportaron a la cobertura tradicional electoral. Posteriormente, en México 3de3 se convirtió en un proyecto permanente de transparencia de declaraciones de ingresos, fiscales y conflicto de interés que en 2019 fue replicado en Guatemala.
5. Experiencia Ciudadana
Ningún proyecto cívico-tecnológico va a ser identificado, usado y apropiado por su base de usuarixs si no tiene una mínima experiencia de usuario apropiada. En contexto electoral, además de los cotidianos desafíos de un proyecto digital en cuanto a usabilidad y experiencia de usuario, se debe considerar el dar contexto sobre la elección así como información en formato coloquial que permita a las personas comprender e interactuar fácilmente con la herramienta e información. Algunos ejemplos han sido:
– Ligue Político
– https://feminindex.com
Estamos convencidxs del valor de experimentar con tecnologías, tácticas y análisis de datos. En esos casos, es fundamental tener en cuenta que lo importante de realizar un proyecto por primera vez es compartir el aprendizaje para que pueda ser mejorado y replicado en siguientes ocasiones.
No dudes en revisar los distintos análisis de tecnología cívica electoral para México y Guatemala que hemos documentado en SocialTIC así como nuestras recopilaciones anuales de Lo Mejor del Infoactivismo.