Vivimos en contextos de polarización social; ya sea ante sucesos como: las marchas del frente Nacional para la familia en México, el desenlace electoral en Estados Unidos, los acuerdos de Paz en Colombia, o cualquier otra polémica que te rodee. Seguramente has notado que al ingresar a tus redes sociales posiblemente encuentres expresiones de amigos o familiares que te hagan retorcer el estómago o llenen de alegría al ser totalmente empáticas a tus gustos, ideología y opiniones.
Cada vez más, colegas, familiares y amigos nos preguntan qué hacer para dejar de ver contenidos indeseados, pero al mismo tiempo, no hacer evidente esa tensión social que se genera con sus amigos; o inclusive cómo hacer para denunciar a aquellos que publican contenidos “inaceptables”.
Aquí te dejamos nuestras recomendaciones:
Dialogando se entiende la gente
Ante todo creemos que la sociedad debería tener la capacidad de dialogar en paz, respeto, empatía y diversidad. Sólo así podremos construir sociedades justas y comprensivas.
Las redes sociales y otros espacios en internet permiten que la gente conozca distintos puntos de vista, pueda argumentar los suyos y pueda entablar conversaciones tanto con individuos afines como de posiciones opuestas.
Los espacios digitales pueden llegar a ser neutros, aunque cada vez más algoritmos de selección de contenidos afines al usuario filtran aquellos contenidos que son más leídos y apreciados por este.
Cuando un usuario acaba recibiendo contenidos totalmente afín a él o ella, muchas veces es porque a quienes sigue son afines o porque mantiene un consumo de contenidos afines tan frecuente que la plataforma descarta contenidos ajenos a los de su gusto.
Es muy común, que acabemos dialogando entre personas de ideologías similares haciendo clubes y conversaciones uniformes que acaban justificando nuestra visión de lo que sucede en el mundo.
Internet siempre motivó la posibilidad de leer y conocer todos los puntos de vista y dejarnos a nosotros, la capacidad de juicio y comprensión, así como la oportunidad para conversar con los demás y, a través del diálogo, influenciarles.
Posiblemente tarde generaciones para que nuestra sociedad aprenda a convivir y a co-habitar, respetando la diversidad y escucharse unas a los otros sin insultar y/o bloquear.
Mientras, defenderemos la libertad y neutralidad de todos los espacios – digitales y físicos – para que las expresiones de todos y todas siempre estén presentes.
Las configuraciones de privacidad
En las redes sociales que utilizamos comúnmente tenemos la posibilidad de poner distintos niveles de visibilidad de lo que publicamos. Casi todas las redes sociales permiten tener contenidos completamente públicos y otros sólo accesible para quienes te siguen.
Facebook permite configurar grupos de usuarios para que únicamente estos puedan ver las publicaciones asignadas a ellos o ellas. Adicionalmente, cada vez, las funcionalidades de privacidad de estas plataformas se vuelven más detalladas para que cada quien establezca notificaciones y límites de etiquetas, comentarios y mensajes directos.
Estas funcionalidades nos permiten determinar quiénes pueden ver e interactuar con nuestras publicaciones y también establecer condiciones sobre cómo nos pueden contactar, etiquetar o comentar.
Al seguir a otras personas en redes sociales podemos ocultar de nuestros espacios contenidos sin que eso los elimine o que limite que más personas lo vean, simplemente dejan de aparecer en nuestro muro o timeline.
Es decisión de cada usuario establecer estos límites de lo que cada quién publica o puede ver. Y no olvidemos que así como tú limitas qué contenidos ves de los demás, también tus seguidores lo hacen de aquello que tu publicas.
Posiblemente, los mensajes que deseas sean leídos por los demás (aunque su ideología sea opuesta a la tuya) ni siquiera les están llegando porque ocultan tus contenidos o los algoritmos de la plataforma ya entendieron que no les gusta lo que publicas.
¿Bloquear o reportar?
La mayoría de los servicios digitales tiene una posibilidad para bloquear tanto usuarios como contenidos (ver FB y TW).
Al bloquear a un usuario, ya no recibes notificaciones suyas e inclusive lo eliminas como amigo quitándoles los permisos para ver tu información y actividad. Todo usuario tiene el derecho de bloquear y/o romper la relación de seguimiento con otro. Si bien la mayoría de las plataformas no le avisan al usuario bloqueado o eliminado que así lo fue, una persona puede llegar a identificar que sus mensajes ya no llegan, que su relación de “amistad” ya no está activa o eventualmente darse cuenta que el seguimiento ya no es recíproco.
Si se quiere retomar el seguimiento a un usuario bloqueado, generalmente se le debe de solicitar o notificar. Se recomienda bloquear a usuarios que generen contenidos o interactúen contigo de forma indeseada. Bloquear simplemente rompe las relaciones de seguimiento entre usuarios y no genera consecuencia alguna para quien fue bloqueado.
Muchas redes sociales permitan reportar a usuarios, contenidos, publicidad o eventos considerados como abusivos. Cada plataforma tiene sus criterios para realizar estos reportes.
Por ejemplo, Facebook se basa en sus normas de comunidad y contempla causas como desnudos, incitación al odio, violencia y contenido gráfico como razones para bloquear usuarios o contenidos. Si bien no existen consecuencias jurídicas (eso corresponde a procesos de denuncia oficial local) al reportar, algunas plataformas pueden llegar a tomar acciones en contra de los usuarios como suspender o eliminar sus cuentas excluyéndoles de esa red social de manera permanente y no sólo en el historial y en la actividad del usuario que los bloquea.
Limitar contenidos de los demás, bloquear y reportar son decisiones de cada usuario. Así como consideramos importante conocer los niveles de privacidad de los espacios digitales que usamos, también reflexionamos que a medida que los espacios abiertos e ideológicamente neutros se van cerrando es más difícil conversar e influenciar a personas distintas a uno.