ProxDataLove

¿Cuál es tu relación con los datos abiertos?  ¿Están tú y tus datos destinados a vivir felices para siempre? O tal vez así como los Datos Abiertos tu amor es abierto y libre.

Sea como sea, comparte tus expresiones de amor (y desamor) sobre la apertura y uso de datos. Estos son los relatos que dateros/das de Latinoamérica quieren compartir este febrero.

También hemos recopilado más momentos #DataLove y expresiones de amor por los datos aquí.

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Historia de una pasión compartida

por Nelly Luna – Perú.

En el periodismo amamos los datos porque nos abren los ojos a un universo diferente de pistas, métodos y perspectivas. No es, sin embargo, una pasión ciega la que nos une.

Amamos las bases de datos, pero al mismo tiempo las interrogamos, dudamos y bombardeamos de preguntas. A veces, incluso, las destruimos y descartamos, para luego volver a ellas con nuevos ojos y más preguntas. La duda aquí es bienvenida porque nos conduce a la verdad.

No podemos vivir sin datos, pero siempre desconfiamos de lo que nos dicen: sin contexto estas también mienten. La pasión nos puede ahogar y deslumbrar durante el primer encuentro, pero luego, además, necesita calma, intercambio y conocimiento.

No necesitamos la frialdad de un robot para analizar una base de datos, sino el cortejo, la empatía y el olfato de un equipo. Para que funcione, el amor por los datos no puede ser egoísta. Nada más tóxico para el análisis de datos que los celos y el aislamiento. En esta relación están permitidas más personas. Los más grandes hallazgos en el periodismo de datos provienen siempre de relaciones mixtas, abiertas y multidisciplinarias.

grumpycat

Dataception 

por Aranzazú Ayala– México

Había una vez una dependencia de gobierno que entregó los datos en formato abierto, ordenados por fecha, año y municipio, cronológicamente, en pestañas separadas en el mismo archivo: las celdas tenían el formato correcto, la información era clara, hermosa, hacía que las celdas del OpenOffice se vieran más brillantes.

La data fue usada sabiamente pero el tiempo jugó en su contra: la data estaba actualizada hasta agosto 2016. Entonces para enero se buscó a la dependencia para que la data volviera, esta vez actualizada.

Pero una terrible maldición había caído sobre quienes juntaban los datos: la maldición de la lentitud y el olvido. La data fue enviada nuevamente: la información era la misma, sólo se le agregaba un mes y medio, pero ahora todo estaba revuelto. Había dos registros de mes en cada archivo: mes del accidente (era sobre accidentes viales), y mes de la captura. Con mayúsculas y minúsculas, con el formato de fecha todo revuelto, con registros de años distintos en cada archivo. Pero no se podía tirar la toalla y nuevamente se pidió la data. Estaba exactamente igual. La data nos regresaba a una peor versión de si misma una y otra vez.

inception

Reproche datero

Por Ximena Villagrán – Guatemala

Los dateros y los datos no podemos tener un amor libre, uno de esos sin condiciones, sin dudas y sin conflictos porque siempre entre nosotros se interpone alguien más.

Ese alguien más suele ser un funcionario de gobierno, una ley (mal hecha) o una institución.

Pero en el día del #DataLove vamos a culpar de todas nuestras desgracias a ese funcionario.

Ese funcionario recibe nuestras solicitudes por todas las vías posibles: correo, teléfono, incluso palomas voladoras. Lo único que le pedimos es que nos deje amarnos, que nos deje ser libres y conocernos un poco más. Siempre le explicamos que no queremos una relación controladora, que queremos que sea abierta, que este amor es para todos pero él no lo entiende.

Siempre aparece con preguntas: ¿y usted quién es? ¿y cuál es su intención? ¿cómo los va a tratar? ¿pero para qué los quiere? Y así una lista interminable de cuestionamientos a los que creemos haber respondido bien, porque lo único que queremos es un poco de #DataLove.

Pero este funcionario no lo entiende, siempre nos maltrata, nos dice que no somos suficiente, asegura que nunca seremos capaces de analizar tal cantidad de información, como si 50 mil, 100 mil, 200 mil  registros fueran demasiado, no es que nuestros gobiernos tengan información masiva.

Pero no seguiré quejándome del funcionario, en el día del #DataLove solo le contaré porque este amor nunca se va a acabar, porque aunque haga miles de preguntas nunca logrará separarnos y siempre vamos a querer más.

Así que hoy solo pedimos un poco de amor:

  • Nunca nos pregunte para qué queremos tanta información, el amor no tiene límites.
  • No limite a los datos, no los encierre en pdf’s o en portales inútiles, el amor siempre es mejor cuando es abierto y libre.
  • No pida que nos identifiquemos, a los datos no les importa nuestra identidad, de igual manera nos vamos a amar.
  • Usted funcionario y nosotros dateros también podemos amarnos, siempre y cuando no siga obstruyendo el amor por los datos abiertos.

globo

Chavela Data vs Data Neruda

Por:Juan Manuel Casanueva – México

Remixes inspirados por la incorporación romántica de José José en un taller de análisis de datos de Morlan

¿Qué hubieran dicho Chavela Vargas y Pablo Neruda si hubieran sido analistas de datos? Aquí están algunas románticas hipótesis:

Dato Neruda:

Es tan corto el download y tan larga la limpieza…

Podrán cortar todos los portales pero no podrán detener el open data

El dato no se mira, se siente, y aún más cuando está junto a ti

En una base de datos, sabrás todo lo que he callado

Para mi corazón basta tu data, para tu libertad bastan mis análisis

Quiero hacer contigo lo que Tabula hace con los PDFs

Chavela Data:

El open data no existe, es un invento de las noches de borrachera

El que no sabe de data, llorona, no sabe lo que es martirio

Nadie se muere de data, ni por falta ni por sobra

Ayer lloraba por verte, data, y hoy llore porque te analicé

Lo que quieras de mi te lo doy. Pero, no te devuelvo tus CSVs

El scraping es un paso. La visualización es otro… y ambos deben ser firmes, nada es para siempre en la vida

Esas cosas simples que quedan doliendo en la hoja de cálculo

Dateros del mundo: a veces es más hermoso scrapear que visualizar

Nuestra única misión aquí, a final de cuentas, al final de todos los caminos, es venir a conocer la data

Para gozar: data. Para sufrir: data. Para vivir: data. Para morir: data. Para reír: data. Para llorar: data… y para todo lo demás AMOR

DataPorn y Hedonismo Datero

Por:Andrés Snitcofsky – Argentina

La discusión entre contenido y forma, es aquella que más nos aqueja a los aficionados al diseño gráfico y a la pornografía por igual. Si el contenido (la historia) olvida por completo la forma (de contarlo) nos estaremos adentrando en las arenas de los relatos, los esquemas técnicos, el erotismo.

Por el contrario, si apresuramos el paso y simplemente nos abocamos a colores, curvas e iconitos, el plomero que toca el timbre a la damisela que justo salía de la ducha, llegará tan rápido a la conclusión que probablemente den lo mismo el contexto, el antes, la profundidad o la dureza del tema.

Así es que, derivados de aquello que mueve y sostiene la internet, el término Dataporn suele exclamarse al enfrentarse sorpresivamente a cantidades enormes (y hasta ridículas) de información medianamente ordenada. Como adolescente que descubre Pornhub, el datageek se sambuye sin dudarlo en ese mar de datos esperando rapidamente dar con ese cruce interracial de datasets que le valga un bukkake de retuits. Esto rara vez sucede. Así como en el mercado del sexo explícito filmado, los enormes repositorios de datos suelen tener un sesgo de origen. Son producidos por países centrales, en sus idiomas, con sus códigos, y con su visión de cuáles son los temas interesantes para indagar.

Los países periféricos, podemos acudir a los anteriores para ver entre sus categorías e informes, dataporn categoría ‘latinas’, donde se expresan datos de nuestras propias latitudes, rara vez explicitando cómo fueron creados/obtenidos.

Worldbank, datausa.io, youporn, etc. nos ofrecen cantidad y gratuitidad, pero no necesariamente calidad.

Pero por suerte, les héroes tercermunderos, se lanzan a compartir sus propias creaciones, y como Poringa del dataset, se multiplican tablas y csv’s escondidos en tuits y githubs, pero disponibles para quien quiera jugar con ellos.

Y la paradoja de la hiperpublicación de datos crudos que hacen humedecer (las manos) de los hacktivistas es que tenemos dataporn explicito en HD sobre la cantidad de Starbucks que hay en EEUU, o el detalle voyeurista de todos los recorridos de los taxis en NY, pero aún hoy tenemos dudas de los índices de inflación en *ciertos* países de nuestra región, o el detalle pormenorizado de las emisiones de deudas soberanas de nuestros países. Parece que no todos tienen la popularidad de Pamela o Rocco.

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Los datos en los tiempos del cólera

Por:Juan Pablo Marín Díaz – Colombia

Florentino Ariza no logró mantenerse virgen, se acostó con más 620 mujeres. Por más muestras que buscó nunca tuvo la respuesta que quería.

En nuestro día a día de dateros pensamos que cuantos más datos tengamos, más nos acercaremos a nuestra respuesta. Somos como Florentinos en búsqueda de Ferminas. Lo único que queremos es encontrar el juego de datos perfecto, desafortunadamente este solo existe en la ficción, en la librería de babel y en los folletos de marketing de las empresas de Big Data.

Juvenal Urbina se esforzó en acabar con el cólera y murió de la manera más inesperada.

Los datos son un camino para ver la luz en la solución de problemas y en la toma de decisiones. Es necesario, sin embargo, empaparnos de nuestra propia realidad y tratar de solucionar nuestros problemas según nuestro contexto Latinoamericano. No vamos a esperar que el gobierno nos de los datos, no vamos esperar que los medios los preparen por nosotros. Tenemos que estar dispuestos como ciudadanos a morir en vida de las maneras más inesperadas: desde organizar los datos que te entregan en un documento de word y que contienen una foto de una tabla de excel hasta morir de inanición a la espera de un derecho de petición.

Fermina Daza luchó siempre por mantener su libertad.

Si queremos ser libres debemos ser abiertos. Para ser abiertos debemos pensar en la información y los datos como un bien público. Necesitamos aire fresco para vivir, alumbrado público para movilizarnos y datos para tomar mejores decisiones y contrastar realidades de la mejor manera posible. Pensemos en sistemas que permitan abstraer no grandes volúmenes de información, sino variados y pequeños volúmenes con información disímil. Que estos nos muestren el camino para dar las respuestas cada vez más acertadas con la realidad colérica de los datos incompletos.

Desamores y#DataTusa

Por:María Isabel Magaña – Colombia

No hay peor #DataTusa que cuando te ilusionan con darte datos y luego te dejan en visto. Este fue el drama que sufrí justo la semana pasada cuando le pedí a la Secretaría de Ambiente una base de datos para analizar los índices de contaminación en Bogotá.

Luego de buscar los datos en el portal de datos abiertos y no encontrarlos, llamé a pedir la información (no había tiempo para esperar por un FOI). La entidad, luego de hacerme una eterna entrevista sobre quién era y para qué los quería, me informó que me enviarían la información apenas “el superior” les diera la información. Al día siguiente me enviaron un correo con el link a un comunicado de prensa en el que NO HAY DATOS. Evidentemente, volví a ponerme en contacto para pedir la información necesitada… y me dejaron en visto. POR. SIEM.PRE.

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Amor a las leyes

Por:Fabrizio Scrollini– Uruguay

Mi primer amor (académico) fue a las leyes . Cuesta pensar que en una época fui abogado, y estudié leyes. Repetí algunas máximas que hasta el día de hoy son buenas ideas: todas las personas son iguales ante la ley y una máxima esencial para el derecho civil: la ignorancia de la ley no sirve de excusa.

Aunque esto se repetía seguido por notables jurisconsultos, siempre me pregunté cómo alguien podría conocer toda la ley. Con el tiempo, dejé (parcialmente) las leyes y me dediqué a otros amores. Cuándo comencé a estudiar la temática de datos abiertos, volví a encontrarme con distintas leyes (las de acceso a la información pública, las de reutilización de información, las de datos personales) pero una pregunta interesante que me seguía haciendo era ¿cómo podremos conocer toda la ley? Hoy eso es, medianamente posible desde el punto de vista tecnológico, gracias al desarrollo de los datos abiertos y el trabajo de los ingenieros en lenguaje natural. Aunque la ley no es siempre ni tan objetiva, ni tan bien estandarizada como quienes cultivan el arte de la ingeniería de datos quieren creer.

Sin embargo hay un problema mayor, y es que más allá de que sea posible ahora conocer toda la ley,  ¿es legal? Un caso interesante surgió hoy en twitter sobre las leyes argentinas alojadas en un portal del Ministerio de Justicia de ese país. Los términos y condiciones para usar las normas publicadas allí, incluyen no enlazar las leyes. Un desarrollador creó una aplicación para sistematizar la ley y darla a conocer. Esta aplicación sería ilegal. De hecho los enlaces desde Internet way back machine, serían ilegales. Para ser más claros, este enlace es ilegal. Ahora a pesar de ello, gracias a políticas de datos abiertos del gobierno argentino, aquí se encuentran todas las leyes.

En mi natal Uruguay, el diario oficial solía cobrarnos por acceder a él. Ahora ya no, pero no queda muy claro si podemos y cómo podemos reutilizar estos datos. Y recordemos que la misión central de ese diario era dar a conocer las leyes. Y ya en Estados Unidos existen múltiples referencias en la ley que no pueden ser conocidas por quienes deben cumplirla. Y si uno se fija en lo que decide la justicia, el sistema PACER lo fuerza a uno a pagar por conocer esas sentencias. Naturalmente internet encuentra formas de evitar estos inconvenientes a inquietos navegantes, pero ocasionalmente llegamos al punto de la potencial ilegalidad de estas acciones. Hay algunos actores que hacen dinero de mediar por esta información pero esto termina siendo muy ineficiente para quienes desean conocer la ley (que al final, seríamos todos). Igual con un régimen claro de acceso abierto, seguro podrían seguir haciéndolo.

¿ La solución? El amor al derecho. La ley, sus reglamentos, y las resoluciones de los poderes públicos deberían ser de libre acceso y en formatos abiertos.  A mayor uso de la infraestructura, posiblemente la misma mejore  y haya otros beneficios que rendundan de conocer el derecho. Los casos – claves para entender el derecho- también, en la medida que respeten la privacidad de las personas y los tiempos de los procedimientos.

Nuestro continente no tiene una tradición muy fuerte en materia de derechos de autor sobre información pública, y esa ambivalencia hace que no quede muy claro quién puede acceder a la ley cuándo y cómo. El norte debiera ser, que más personas accedan a la ley. Y para eso toca volver a estudiar, y amar la ley, para que todas las personas, tengan la chance de conocerla, y eventualmente ser iguales ante ella.

Y ahora un poema

Por: SocialTIC – México

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