jmcasanueva:

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En las últimas semanas hemos tenido la oportunidad de platicar con algunos de los proyectos latinoamericanos que están impulsando una participación cívica propositiva, crítica y vinculada con aquellos poderes que definen lo que sucede en una comunidad. En casos de representación política directa, como es El Partido de la Red, se busca que la ciudadanía le indique a su representante local por qué ley votar con la posibilidad de poder ceder su voto a una persona que se considere más apta para votar en una temática en discusión. Bajo una perspectiva de fortalecimiento de la rendición de cuentas bajo la demanda cívica, El Pacto por Juárez busca fomentar que grupos ciudadanos conozcan su ciudad y demanden gestiones transparentes, equitativas y apropiadas a las necesidades ciudadanas. Y, más recientemente, la Revolución Jigote, entusiasma a miles de jóvenes motivándolos a que construyan soluciones para su ciudad iniciando por su propia transformación de comportamientos cívicos.

Cuando estos esquemas de participación ciudadana se interpretan desde una perspectiva de comunicación, curiosamente no siempre es claro quienes son los héroes y las heroínas de cada historia. Muchas veces, se queda la impresión popular que son las organizaciones, los donantes o algunas figuras de liderazgo las que están produciendo el cambio social. Y si bien, es útil para las organización y líderes que su marca sea fuerte, inspiradora y respetable, se deja de lado al heroísmo que más inspira a los demás: las acciones ciudadanas.

Proyectos como el de crónicas de héroes han buscado enaltecer las acciones cívicas con tal de visibilizar a la ciudadanía como una fuerza positiva especialmente en contextos o momentos difíciles. Pero el heroísmo ciudadano va más allá de una acción, medalla o un párrafo que salta de un punto en un mapa. Lo más relevante del heroísmo es aquello que logra inspirar en los demás, y esa inspiración puede ser apalancada por historias.

Hay diversos enfoques de la comunicación tradicional que nos pueden servir de referencia y que siguen muy vigentes en la era digital. Uno es el formato periodístico de la nota en donde un título atractivo y una síntesis puede atrapar al lector. Un formato así está siguiendo actualmente La Rebelión de los Enfermos para a dar a conocer los reportes ciudadanos en torno a los servicios de salud en Sonora. Y otro formato comúnmente utilizado en redes sociales es la mezcla de una imagen del ciudadano con una frase icónica del caso, en donde si se le da clic se puede conocer el detalle del relato tanto en formato de video como texto.

El reto de comunicación que tienen los proyectos de activación ciudadana es poder inspirar a la ciudadanía en base a lo que ciudadanos y ciudadanas son capaces de transformar día con día en su comunidad. Estas historias deben de ser positivas sin caer en lo irreal y mucho menos en el paternalismo (del líder carismático, la palanca, la organización de apoyo o el funcionario público benevolente), ya que la construcción ciudadana es un proceso complejo que desde la ciudadanía misma requiere aprendizaje, voluntad y persistencia.