A inicios del 2015 el equipo de SocialTIC nos reunimos para analizar cuáles eran los retos más relevantes en el uso de tecnologías e información para actores de cambio en América Latina.
La explosión de las redes sociales en el activismo estaba llegando a un punto de inflexión en donde resultaba más difícil competir desde sociedad civil y activismo contra los medios, marcas y líderes de opinión ya consolidados.
En estos espacios saturados, vemos cómo muchos esfuerzos de influencia no permean fuera de los círculos tradicionales donde ya se cuenta con seguidores afines a la causa y a la labor de organizaciones.
Identificamos que además de la falta de capacidad para poder hablarle a individuos no-convencidos, también muchos de los esfuerzos de influencia, comunicación social e inclusive participación ciudadana habían olvidado que la gente está todos los días en la calle.
Con el apoyo del programa de experimentos de Hivos, nos atrevimos a adoptar esta filosofía con tal de ver – a través de acciones experimentales y aprendizajes basados en prueba y error -, cómo cualquier actor de cambio latinoamericano podía llevar mensajes, conversaciones y datos de los espacios digitales a los espacios análogos.
En 2015 convocamos a medios, organizaciones, colectivos y personas a postular experimentos del online al offline, con el objetivo de apoyar a 8 grupos aventurados en distintas hipótesis para generar influencia en la calle con insumos digitales.
Con socios y especialistas impartimos sesiones de capacitación y adquirimos equipo a bajo costo (ningún experimento superó los $10,000 pesos mexicanos) para ser usados por colectivos de activismo, teatro, medios digitales juveniles, tecnológicos y culturales en México y Nicaragua.
Los experimentos nos dieron muestra de cómo las conversaciones de personas online pueden ser los diálogos de teatro social en la calle, cómo el sonido tiene el potencial de informar subconscientemente a transeúntes, cómo los tags monumentales pueden generar ciclos virtuosos de influencia en contextos de conyuntura y cómo si una frase genera impacto en tus redes sociales, es posible replicar ese impacto al llevarla a la calle.
Y también, aprendimos de las complejidades que implica incursionar en el hardware libre o modificar las prácticas de comunicación arraigadas en organizaciones y colectivos.
En 2016, ampliamos el espectro de la intervención urbana buscando mejorar y replicar tácticas online-offline además de sistematizar las experiencias de los experimentos exitosos en onlineoffline.org.
Hicimos réplicas de marchas sociales tan sólo con sonidos; apoyamos que los datos se llevaran a las calles usando cintas, hilos y viniles; y seguimos buscando las mejores condiciones para llevar todos esos GIFs exitosos en redes sociales a la calle.
Nos parece fundamental que en el infoactivismo se cambie la idea de plantear de forma separada intervenciones “digitales” y otras “análogas”; pues si se establecen estrategias de influencia híbridas, es posible llevar las causas a los lugares donde la gente se encuentre.
Debemos aprovechar esas centenares de personas que pasan por la calle diariamente, buscar los ecos digitales al capturar lo que sucedió ahí para llegar aún a muchas más personas y regresar aquello que nos funcionó en redes para influenciar en la calle a esas personas que no nos siguen.
Las preguntas estratégicas no han cambiado, simplemente debemos aprovechar los espacios: dentro y fuera de línea, para ver qué mensaje debe de llevarse a cada audiencia objetivo, con la intención de generar una reacción específica; ya sea en la calle, una plaza, un grupo de Facebook o a través de la influencia a sus líderes de opinión.
Y para quienes están en México, seguiremos apoyando experimentos poniendo a disposición hardware, capacitación y estrategia para que su acciones, mensajes e influencia no tenga fronteras.
En onlineoffline.org estaremos recopilando los experimentos que en SocialTIC y nuestrxs aliadoxs sigamos generando. También seguiremos buscando influencias e inspiración de proyectos que amplíen nuestra visión sobre cómo las tecnologías (digitales, electrónicas y mecánicas) pueden apoyar al infoactivismo al menor costo y complejidad de replicabilidad posible.